El concepto de pobreza energética se define como la incapacidad de un
hogar para cubrir sus necesidades energéticas básicas y mantener el
confort térmico de la vivienda, viéndose obligado a invertir en energía
un importante porcentaje de los ingresos mensuales.
Atendiendo a la situación de pobreza energética a la que el país se enfrenta, es novedad la iniciativa de banco de energía puesta en marcha en Cataluña, concretamente en la localidad de Sabadell. Se trata de un modelo energético innovador y equitativo que premia el ahorro y la eficiencia energética y que pretende aliviar la pobreza energética local.
Atendiendo a la situación de pobreza energética a la que el país se enfrenta, es novedad la iniciativa de banco de energía puesta en marcha en Cataluña, concretamente en la localidad de Sabadell. Se trata de un modelo energético innovador y equitativo que premia el ahorro y la eficiencia energética y que pretende aliviar la pobreza energética local.
Según el estudio "Pobreza energética en España. Análisis de tendencias (2014)" realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales, en 2012 un 17% de los hogares españoles tenían unos gastos desproporcionados en energía acorde a sus ingresos y un 9% se veían incapaces de mantener su hogar a una temperatura adecuada. Esto se debe al continuo aumento de los precios de la energía, mientras que los ingresos y la capacidad de consumo del hogar español promedio han descendido.
Mapa de hogares con gastos desproporcionados en energía doméstica en 2012. ACA |
El banco de energía, con apoyo de la administración local, promueve un modelo que está basado en dos objetivos: disminuir la pobreza energética local y promover el uso adecuado de la energía, teniendo en mente el problema de cambio climático al que se enfrenta el planeta. Los fondos de este banco son obtenidos por aportaciones de personas físicas y jurídicas, tanto públicas como privadas. Los participantes de esta iniciativa se comprometen al ahorro y eficiencia energética, destinando parte del ahorro económico obtenido al fondo del banco de energía, mejorando así la calidad de vida de los hogares afectados.
Los recursos obtenidos se emplean para proporcionar formación en buenas prácticas de ahorro e invertir en mejoras de eficiencia energética en hogares vulnerables económicamente. El orden de prioridad de ayuda se establece en coordinación con los servicios sociales. Estas acciones se coordinan a su vez con ayudas recibidas por la administración local en cuanto al pago de recibo de la luz y cortes de suministro.
La iniciativa de la que os hablaba ha sido puesta en marcha en Cataluña, pero cada vez son más a lo largo del territorio español. No hay duda de que en España hay un problema real en cuanto a energía se refiere. Un cambio en el modelo energético es necesario, pero también costoso. Es por eso que mientras se escalan muros más altos, contribuir realizando acciones locales es una alternativa que aporta beneficios sociales y está al alcance de todos. Tomemos conciencia.
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