Cuando pensamos en energías renovables, inevitablemente la mayoría lo hace pensando en ecología, reducción de emisiones. Otros también se les viene a la mente la dependencia energética. Pero curiosamente la mayor parte de nosotros obviamos tal vez la parte más importante para todos. El tremendo potencial de creación de empleo que estas tienen.
Ejemplos hay muchos, como el que os contábamos hace unas semanas donde os mostrábamos como el puesto de técnico de mantenimiento de parques eólicos era el trabajo que más crecía en Estados Unidos. Unos empleos que además vienen acompañados de condiciones salariales más que respetables. Nada de camarero en la costa por 700 euros al mes de mayo a septiembre.
Curiosamente la clase política, con honrosas excepciones, ha tomado una dirección equivocada. Lo podemos constatar de primera mano en España con nuestro vergonzoso impuesto al sol, la chapucera legislación, y la ausencia de ayudas a la instalación de fotovoltaicas, pero también lo podemos ver al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, donde esta cuestión ha llegado con fuerza a la campaña electoral.
Durante uno de sus muchos mítines, el candidato republicano, el controvertido Donald Trump, se ha descolgado con propuestas tan alocadas y peligrosas como el desmantelamiento de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) que entre otras cosas se encarga de las mediciones más que exigentes de los consumos y emisiones de los coches. Pero no es la única ocurrencia.
Este cuenta con un "Plan energético" donde el carbón parece uno de los grandes protagonistas siendo nombrado en 9 ocasiones. Un sector en decadencia que además de los problemas ambientales, hay que añadir la pérdida de competitividad frente a las energías renovables. Unas renovables a las que sólo menciona en una única ocasión.
Pero el siguiente gráfico puede dar una pista de que de nuevo los políticos, con nuestro voto, están algo despistados.
Como podemos ver, este muestra la cantidad de empleos que se generan por cada millón de dólares invertidos. Para consuelo de Donald Trump, el carbón no es el último, pero si el penúltimo, sólo por detrás de uno de las industrias que más inversión está recibiendo en los últimos años, el gas natural. Como podemos ver, la inversión es enormemente más rentable cuanto más sostenible sea el sector. Con renovables, adecuación de la eficiencia de las viviendas y transporte público los más rentables.
Curiosamente esta misma tabla la podemos ver representada en inversión de cada industria en las campañas electorales del Partido Republicano, siendo el carbón y el petróleo grandes donantes, quedando el Partido Demócrata casi en la sombra con cantidades simbólicas.
Esto nos indica que la inversión en renovables es rentable para la sociedad, y la inversión en campañas electorales la forma de la industria del petróleo y el carbón rentables sólo para estos últimos como una forma de mantener un negocio que nos perjudica a todos.
Vía | Cleantechnica
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