Para los que no lo conozcan, LiDAR es la abreviatura de la denominación inglesa "Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging" Una tecnología que permite determinar la distancia desde un emisor láser a un objeto o superficie utilizando un haz láser pulsado. La distancia al objeto se determina midiendo el tiempo de retraso entre la emisión del pulso y su detección a través de la señal reflejada.
Hasta hace poco era un sistema utilizado principalmente en sectores como la geología, sismología y física de la atmósfera. Pero ahora también está teniendo un fuerte desarrollo en aplicaciones como los coches autónomos.
El principal problema es que se trata de una tecnología compleja, con un cuerpo físico abultado, y con unos costes muy elevados que pueden ir desde los 1.000 hasta los 70.000 dólares. Algo que un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts está trabajando, con un diseño que ha logrado reducir el tamaño del sistema hasta el de una pequeña moneda.
Según explica el equipo de desarrollo, la mayoría de los sistemas LiDAR, como los vistos en vehículos autónomos, utilizan componentes ópticos como el láser, lentes y receptores externos discretamente escondidos. Para que estos sistemas tengan un campo de visión útil, el receptor láser se hace girar mecánicamente, y a menudo también que se hace oscilar arriba y abajo. Este aparato mecánico limita la velocidad de barrido del sistema LiDAR, además de aumentar el tamaño y complejidad, lo que lleva a las preocupaciones sobre la fiabilidad a largo plazo, especialmente en ambientes hostiles.
El equipo del MIT indica que su diseño promete ofrecer un sistema más pequeño, ligero y mucho más barato que los actuales. Concretamente indican que han logrado comprimir el sistema en un chip fotónico de apenas 6x0,5mm. Además será más resistente y duradero debido principalmente a la ausencia de partes móviles, lo que se completa con una mayor rapidez que llega a las 1.000 veces más que los actuales sistemas mecánicos.
En la actualidad se estima que el diseño en chip del MIT logra una máxima eficacia a unos 2 metros. Una cifra que crecerá hasta los 10 metros en menos de un año, con el objetivo de ir ampliando su alcance hasta más allá de los 100 metros. Algo muy interesante para aplicaciones como la automoción.
Una excelente noticia que permitirá acelerar el desarrollo de un pujante sector como es el de los coches autónomos, que se estima estarán listos para el desembarco comercial en dos o tres años, pero que todavía dependen de factores como el desarrollo y reducción de precios de los sistemas.
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Vía | Spectrum
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