No hay nada como poder moverse por una ciudad en bici. Al menos así lo creo yo. Una bici te da la libertad de desplazarte casi a donde quieras, con un tiempo de viaje mucho más corto que si vas andando, a un precio económico y además de una forma respetuosa con el medio ambiente. Realmente, lo tiene todo.
La bici puede ser un gran medio de transporte en tu ciudad habitual, si la orografía lo permite. Aunque poco a poco los desniveles están dejando de ser un problema gracias a la llegada de las bicis eléctricas. Aunque todavía no estén al alcance de todos los bolsillos.
Pero tampoco me quiero olvidar de la bicicleta para turistas. Normalmente, cuando uno visita una ciudad, las caminatas bajo el Sol están aseguradas. Unas caminatas que según la temperatura pueden llegar a ser un verdadero suplicio. Pero claro, normalmente cuando se visita una ciudad se quiere ver todo lo posible y el tiempo no suele suele ser infinito, más bien al contrario.
Por eso, la mejor solución a esas jornadas maratonianas es muy fácil: la bicicleta. Un instrumento fácil de usar, cómodo y rápido. Ideal para desplazarse por la ciudad, visitando los diferentes lugares. Cada vez son más las ciudades europeas que ofrecen sistemas de bici sharing. Muchos tienen abonos anuales, pero tampoco se olvidan de los turistas con abonos semanales o incluso diarios.
Una opción saludable y cómoda como alternativa al transporte público. Además, te da una libertad que los horarios del transporte público no te dan, pudiendo coger y dejar las bicis a cualquier hora.
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