Poco a poco los fabricantes están extendiendo sus sistema híbridos enchufables entre las diferentes gamas. Una forma de aprovechar la inversión realizada en este sistema, y una forma de ir reduciendo las emisiones medias de sus gamas. El último en llegar ha sido el BMW 530e iPerformance.
Este BMW enchufable combina un motor gasolina 2.0 de 135 kW (184 CV) y 320 Nm de par con un motor eléctrico de 70 kW (95 CV) y 250 Nm para desarrollar una potencia conjunta de 252 CV y 420 Nm de par, que le propulsan hasta los 100 km/h en apenas 6.1 segundos. Todo gestionado por un cambio automático de ocho velocidades.
La energía procede de una pequeña batería de 9.2 kWh de capacidad, suficiente para lograr una autonomía en modo eléctrico de 45 kilómetros, ciclo NEDC. Algo que nos indica que la autonomía en condiciones reales estará por debajo de los 30 kilómetros. Un modo eléctrico que puede mover al coche hasta una velocidad máxima de 140 km/h.
Para la recarga podemos usar un enchufe convencional de 10 amperios, para lo que necesita unas 5 horas para una recarga completa, mientras que con una toma de 16 amperios el tiempo se reduce hasta las 3 horas.
El resultado es una versión realmente eficiente. El fabricante declara un consumo medio de 2 litros a los 100 kilómetros, unas emisiones de apenas 46 gramos por kilómetro, mientras que el consumo eléctrico es de 12.7 kWh a los 100 kms. Todo bajo el poco exigente ciclo europeo NEDC.
Entre los puntos negativos además de la pequeña capacidad de la batería, está el impacto que esta tiene en el maletero. Es el problema de las adaptaciones. Esto quiere decir que los 530 litros del modelo convencional, se quedan en 410 litros en la versión enchufable.
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Fuente | BMW
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