El pasado año conocíamos el importante acuerdo firmado entre Tesla y Panasonic. Este extendía los contratos ya en marcha de producción de baterías para los coches eléctricos de los norteamericanos, a la fabricación de paneles solares.
Se trata de uno de los sectores en los que Elon Musk ha puesto especial énfasis a la hora de diversificar el negocio de Tesla. Una división de energía que además de baterías y paneles solares, se ha propuesto fabricar tejas dotada de placas fotovoltaicas. Algo que parece se ha convertido en un verdadero cuello de botella a nivel de producción.
Al parecer, Tesla no ha logrado escalar el ritmo de fabricación de estas tejas, lo que junto con la total prioridad que se ha dado a la producción del Model 3, ha provocado que Panasonic se haya quedado con su producción de diferentes componentes sin dueño.
Según Reuters, esto ha motivado que los japoneses hayan tenido que buscarse otros clientes para la producción de algunos de los elementos que salen de la planta de Búfalo, Nueva York. Una instalación cuya inversión comparten precisamente con Tesla y que lleva el apelativo de Gigafábrica ya que será capaz de alcanzar un ritmo de fabricación de 1 GW de placas fotovoltaicas al año.
Esto no tendría mayores consecuencias que las relacionadas con la lenta expansión que las mediáticas tejas solares de los norteamericanos está logrando. Pero si podría provocar un problema con el estado de Nueva York, que ha aportado 750 millones de dólares para la puesta en funcionamiento de esta instalación. Un dinero que está condicionado a la creación de una determinada cantidad de puestos de trabajo.
Un nuevo producto de Tesla que llega al mercado con una producción muy baja y una demanda muy alta. No olvidemos que los primeros tejados solares se han reservado hace algo más de un año, y apenas se han instalado unas decenas. Cientos según Elon Musk, pero contando con las propias reservas.
Algo que según algunas fuentes tiene que ver con el largo proceso de validación. Y es que desde el fabricante se ha indicado que la vida útil de las mismas se estima podrá llegar a los 30, 40 o 50 años, y según el propio Elon Musk "Una pequeña espera merecerá la pena".
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