El presidente de los Estados Unidos quiere irse de la Casa Blanca por todo lo alto, y una de sus principales prioridades es dejar bien atado el futuro despliegue de energías renovables como la eólica marina.
Denominado como "Estrategia Nacional para la Eólica Marina" este gigantesco proyecto pretende generar total de 7.200 TWh al año. Una cantidad que según el informe, supondría lograr una producción del casi el doble de la generación eléctrica total de los Estados Unidos en 2015.
Según el gobierno americano, la energía eólica marina supone una promesa de beneficios ambientales y económicos significativos para los Estados Unidos. Es una fuente de bajo impacto en cuanto a emisiones de efecto invernadero, y una fuente de energía doméstica abundante.
Además remarcan que la eólica marina se encuentra cerca de los puntos de mayor densidad de población del país, lo que proporciona una alternativa a la transmisión o el desarrollo de la generación de electricidad a larga distancia. Una vez construidos, los parques eólicos marinos podrían producir energía a costes fijos bajos a largo plazo, lo que puede reducir los precios de la electricidad y mejorar la seguridad energética, proporcionando una cobertura contra la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles.
Para el gobierno de Obama este proyecto supone toda una oportunidad de aprovechar una energía que en la próxima década podrá competir con ventaja a nivel de costes con los sistemas tradicionales. Una nueva fuente que llega en una era donde aumenta la demanda energética, cuyo incremento puede aprovecharse para ser cubierto con renovables como la eólica.
También se ponen sobre la mesa los importantes beneficios económicos para los usuarios, que tendrían acceso a una energía más barata, para las empresas, y también está la no menor cuestión de la reducción de emisiones con el cierre de plantas de carbón.
Una reducción de emisiones que además tendrá un efecto positivo en las cuentas del estado. Se estima que una reducción de emisiones procedentes de la producción energética puede ayudar a ahorrar unos 2.000 millones de dólares cada año. También tendría un impacto en otros sectores que pocas veces asociamos con la energía, como es el consumo de agua.
Un proyecto que suena a fin de mandado, y como suele suceder está lleno de optimismo y buenas intenciones. Ahora vendrá lo más difícil, que es ponerlo en marcha y financiar su puesta en marcha. Algo que dependerá en buena medida de lo que suceda en un par de semanas en unas elecciones que marcarán el futuro de las renovables en Estados Unidos.
Podéis ver todo el proyecto al completo en el siguiente enlace.
Energy.gov (PDF)
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