ITER son las siglas del International Thermonuclear Experimental Reactor, proyecto puesto en marcha por 34 países que suman la mitad de la población mundial, unidos para formar uno de los mayores proyectos científicos del planeta: producir energía a través de la fusión nuclear, siguiendo el mismo procedimiento que el sol. Este proyecto está ubicado en Francia, concretamente en Cadarache, país alimentado en un 80% con energía nuclear, y cuenta con participación española: cerca de 100 contratos con unas 50 empresas españolas por valor de 600 millones de euros. Se trata de un reactor de caracter experimental, en ningún caso comercial.
Este proyecto se puso en marcha en 2006 y se programó el final de construcción y primera inyección de plasma para 2016. Posteriormente en 2010, se aplazó a 2019. Las últimas noticias son de noviembre de 2015 cuando se anunció un nuevo aplazamiento a 2025.
Con el coste del proyecto ha ocurrido algo similar. En un primer momento se estimó un coste total de 5.000 millones de euros, que se amplió a 15.000 millones en 2013. Actualmente, tras la crisis económica, el coste total podría ascender a más de 20.000 millones de euros. La Unión Europea se hace cargo del 45%, quedando el resto repartido entre China, India, Japón, Rusia, Corea del Sur y EEUU.
El funcionamiento es el siguiente: para que se dé la fusión, un gas que contiene átomos ligeros de hidrógeno se calienta hasta alcanzar las altas presiones y temperaturas que existen en el centro del sol. Esas temperaturas son alcanzadas a través de varios campos magnéticos. La fusión se produce entre dos isótopos de hidrógeno: deuterio y tritio. Su producción se estima en 500MW con una entrada de 50MW.
El fenómeno de fusión es menos peligroso que las actuales centrales nucleares de fisión que tanto rechazo han generado. Sin embargo, no está del todo exento de peligro. Si el tritio, un elemento radiactivo de corta duración fuera liberado por accidente, se liberaría al ambiente, razón por la cual un ingeniero está actualmente diseñando un tubo de extracción por si se produjeran fugas. En ese caso, este sería el encargado de aspirar el peligroso elemento.
A pesar de que cada vez es más evidente la necesidad de penetración de las energías renovables en el modelo energético del planeta, con esta iniciativa queda claro que también se apuesta por otras vías de investigación, como es la fusión nuclear. Sorprende saber que el Gobierno español se debatió con Francia para conseguir que el proyecto se instalase en suelo español. Tanto es así, que llegó a ofrecer el doble dinero, nada más y nada menos que 920 millones de euros, cuatro veces las inversiones previstas para el fomento de las energías renovables en el Plan de Fomento de las Energías Renovables entre 1999 y el 2006. Esto sorprende bastante ya que las energías renovables son una fuente actualmente viable y rentable capaz de suministrar energía a la red eléctrica, mientras que la fusión nuclear, aún en fase experimental, tardaría entre 30 y 50 años en estar disponible de manera comercial si el proyecto resultara exitoso.
Iter ha suscitado mucho interés ya que generaría una gran cantidad de energía. Aún así, es inevitable ser reticentes a fenómenos cuyo nombre contenga la palabra "nuclear". Teniendo en cuenta las continuas trabas a las que se ha visto sometido el proyecto, habrá que seguir su evolución para saber si finalmente llega a buen puerto.
Fuente | EurActiv, Iter
Fuente | EurActiv, Iter
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