Jim Farley es el jefe de operaciones de Ford en Europa. Esta semana ha saltado a la actualidad por unas curiosas declaraciones donde habla de las cada vez más estrictas normativas de emisiones contaminantes en Europa.
Según el Sr Farley, estas normas provocará que cada vez sea más caro fabricar un coche, y que cada vez sea más costosa su adquisición. Algo que provocará que mucha gente no pueda permitírselo, pasando según Farley, a ser productos elitistas.
Esta rabieta tiene su origen en el escándalo de emisiones de Volkswagen. Como recordamos, el fabricante alemán ha sido pillado trucando sus resultados de contaminación en los modelos a gasóleo. Algo que ha provocado el final de la luna de miel de Europa con los motores diésel.
A raíz de este problema, la UE se ha puesto manos a la obra para sacar adelante nuevos test de contaminación y consumo más realistas. Pruebas que se tendrían que hacer en condiciones de conducción normal, en carretera. No sobre rodillos y dentro de un recinto cerrado.
El resultado será que los fabricantes tendrán que invertir una buena cantidad de dinero en mejorar las cifras de sus gamas urgentemente.
Es evidente que Ford defiende su negocio, que es la venta de coches con motor de combustión. Unos modelos que distan mucho de la popularidad que aseguran perderían con las nuevas normas, ya que no olvidemos que la mayor parte del coste de un vehículo llega una vez ha salido del concesionario y lo hemos pagado. Carburantes, mantenimientos, impuestos...Aunque sea relativamente barato su compra, luego su mentenimiento es muy costoso.
Por su parte estas directrices de emisiones obligan a los fabricantes, incluso a los más vagos, a moverse en la dirección correcta, y esa no es otra que la electrificación de sus gamas.
Algo donde Ford de momento va a la cola. Algo que choca con las buenas cifras que el resto de la gama está logrando en Europa, y que puede verse truncado por las dichosas emisiones.
Vía | Gas2
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