Algunos fabricantes de automóviles fabrican sus propias baterías para equiparlas en sus coches eléctricos. El caso más sonado es el de Tesla, la cual ya produce baterías en la Gigafábrica que está levantando en el desierto de Nevada junto con Panasonic. Nissan también hace lo propio a través de AESC, una empresa en la que tiene un importante participación y que fabrica celdas de baterías que después se utilizan en el Nissan LEAF y la e-NV200.
El objetivo de los fabricantes es reducir costes controlando el mayor número de procesos de la cadena de producción. Sin embargo, las ventas de coches eléctricos todavía se mantienen en niveles bajos, lo que hace que diversificar el negocio pueda ser una forma de cortar las pérdidas, o incluso comenzar a sacar partido a la enorme inversión realizada.
En este sentido, uno de los primeros momentos fue la incorporación de Nissan al mercado de las baterías para el hogar, siguiendo la estela de cada vez más fabricantes de coches eléctricos. Un mercado que se está convirtiendo en una oportunidad para colocar celdas nuevas y para encontrar una segunda vida a las usadas.
Ahora Nissan ha dado un nuevo paso para rentabilizar su negocio de baterías al llegar a un acuerdo con la británica Hyperdrive. Hyperdrive ofrecerá pequeños conjuntos de 3.5 kWh (48 V y 125 Wh/kg) que podrán ser adquiridos por los interesados para formar sus propios packs, dependiendo de necesidades y presupuesto. Estos packs podrán tener diferentes usos, tanto en coches eléctricos, híbridos, como también soluciones de almacenamiento. Según la empresa, esta opción permitirá también a los pequeños desarrolladores acceder a un tipo de batería con un elevado nivel de desarrollo.
De esta forma Nissan diversifica su negocio de baterías, obteniendo la posibilidad de llegar a más clientes aparte de su propia producción de coches eléctricos y baterías del hogar.
Vía | FCE
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