La capacidad renovable de China está creciendo exponencialmente. Sin embargo, esto no ha sido así siempre. Durante décadas, la economía China ha sido impulsada principalmente por el carbón. Un carbón que ha permitido que China sea la economía que más rápido crecía del mundo, con crecimiento anuales superiores al 10%:
Pero claro, el uso masivo de carbón ha dejado sus consecuencias. Y es que muchas ciudades chinas actualmente se ahogan en su contaminación. Hay que tener en cuenta que China tiene 106 ciudades por encima del millón de habitantes, mientras que en Estados Unidos hay 10. Grandes urbes donde se acumula la contaminación.
Esto ha ocasionado que buen parte de la población tenga problemas respiratorios, llegando a colapsar el sistema sanitario. El problema ha llegado hasta tal punto que los ciudadanos chinos con alto poder adquisitivo tienen entre sus primeras prioridades antes de elegir vivienda que la calidad del aire sea buena.
Por eso, el país se ha puesto manos a la obra para tratar de reducir esta contaminación. La solución es sencilla, apostar por las energías renovables.
En 2016, China instaló más energía solar fotovoltaica que cualquier otro país en el mundo, prácticamente doblando su potencia instalada en un año. Gracias a esto, el gigante asiático es ahora el país con mayor energía fotovoltaica instalada del mundo. Una de las primeras consecuencias, es la cancelación de la construcción de más de 100 centrales de carbón.
La potencia instalada total alcanzó los 77,42 GW a finales de 2016, gracias a la adición de 35,54 GW durante el pasado año. El objetivo de China es de añadir otros 110 GW de solar fotovoltaica para 2020.
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Fuente | Reuters
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