Para anticiparse a las necesidades de la sociedad en materia automovilística es preciso detenerse un momento y analizar las nuevas generaciones. Hemos pasado de entender a los millennials para enfrentarnos casi simultáneamente a lo que necesitará la Generación Z. Los ya llamados zillennials son los jóvenes con edades comprendidas entre los 13 y los 17 años, ocupan a día de hoy el 26% de la población mundial y han nacido rodeados de la tecnología, por lo que han aprendido de los errores de sus hermanos mayores, saben usarla mejor que ellos y la necesitarán para todo lo que hagan en su vida. Además, son más exigentes que los millennials con el concepto de la inmediatez, también en lo relacionado a los desplazamientos y los transportes.
Actualmente el 81% de los jóvenes se conecta desde su smartphone, el 69% desde el ordenador y un 42% con tabletas. Estas cifras explican el aumento de más del 80% de productos tecnológicos vendidos en 2016, en total 90’7 millones de artículos, dejando ver hasta qué punto es obligatoria la tecnología para la sociedad. Tanto la generación millennial como la zillennial están preocupadas por el mundo ambiental, quieren desarrollar proyectos que respeten el medio ambiente y están totalmente comprometidos con el cuidado del entorno en el que viven, lo cual está directamente relacionado con la forma que tienen de entender la movilidad.
Los jóvenes de hoy en día ya apuntan maneras hacia una movilidad compartida y autónoma y a esto hay que sumarle la idea de que no les interesa la adquisición de un vehículo, su mantenimiento, ni todos los gastos que supone, tanto a corto como a largo plazo. Si se observa con perspectiva esta visión se entiende que los jóvenes no ven un vehículo como una propiedad, sino como un servicio que se usa únicamente cuando es necesario. Para qué van a realizar una importante inversión en un coche o una moto si en un click tienen uno disponible, o incluso pueden tener un chófer al instante que sabe a dónde quieren ir, evitando explicaciones de ubicación o métodos de pago. En Manhattan, solo el 23% de los habitantes poseen un coche propio y en las principales ciudades europeas se están implantando medidas que facilitan desplazamientos sostenibles.
Jorge Magaña, CEO de Ioscoot. |
Hay que tener en cuenta que esto es posible porque además de que las nuevas generaciones son muy ágiles y activas con las aplicaciones por naturaleza, los adultos también han modificado sus hábitos y están adoptando nuevos modelos de movilidad compartida y sostenible con el entorno. Sin olvidarnos de que la movilidad se desarrolla de la mano con las nuevas tecnologías y hacen una sinergia perfecta con la sociedad, que quiere tener los servicios de forma rápida y cómoda, sin perder ni tiempo ni dinero. Lo cual está en consonancia con sus preocupaciones por vivir en una ciudad inteligente, sostenible y comprometida con el medio ambiente.
Encontramos distintos tipos de flota, tanto empresas privadas como servicios públicos que facilitan el día a día de ciudadanos y turistas, con motivos profesionales y de ocio. No obstante, se prevé que todos estos servicios se modifiquen y avancen, convirtiéndose en flotas con vehículos sostenibles de Nivel 5 y la estimación vaticina que el mundo en 2035 contará con 20 millones de coches autónomos.
En las ciudades el parque automovilístico es muy amplio, sólo en Madrid hay más de un millón y medio de desplazamientos en vehículo privado, esto podría sustituirse mediante el uso de eléctricos pertenecientes a flotas de sharing por minutos. La ciudad tendría así una décima parte de los vehículos que circulan hoy en día y el entorno urbano tendría menos ruido y contaminación.
Articulo realizado por Jorge Magaña, CEO de Ioscoot. www.ioscoot.com
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