Llevamos varios años hablando de las "puertas giratorias" en nuestro país. Prácticamente todo el mundo sabe del significado de esta expresión, ya que se trata de un argumento habitual en la política actual de nuestro país.
Para los más despistados, se trata expresión que describe de forma coloquial el hecho de que un alto cargo público se marche a trabajar a una empresa privada, obteniendo beneficio de su anterior ocupación pública y produciendo conflictos de interés entre la esfera pública y la privada. En pocas palabras, que un ministro de energía acabe después de su carrera política en el consejo de administración del alguna gran multinacional del sector energético.
Al contrario de lo que muchos podríamos pensar, por desgracia este fenómeno no es algo que sea "marca España", sino que también se da de forma habitual en otros países de la Unión Europea. Al menos así lo recoge un informe del Grupo Verde del parlamento Europeo.
Según el informe, en Europa se han dado 88 casos de altos cargos de 13 países europeos (entre ellos España) que han cruzado estas famosas "puertas giratorias". Entre los más destacados están tres presidentes, el sueco Carl Bildt y los Españoles José María Aznar y Felipe González, que ocuparon sendas sillas en Endesa y Gas Natural, dejando su cargos en 2014 y 2015 respectivamente.
Otros 28 casos de este informe tienen como protagonistas a ministros, donde de nuevo España está de nuevo en cabeza con 7 exministros dando el polémico paso hacia el sector privado. En esta lista también hay 3 exministros británicos, un alemán y un sueco.
A pesar de que la legislación española impide durante 2 años a los exaltos cargos trabajar en empresas del sector privado en las que pudieron tener influencia cuando estaban en la administración, el informe denuncia que, entre 2015 y 2017, se otorgó permiso a 137 políticos para ocupar puestos en compañías privadas relacionadas con sus competencias anteriores en el sector público.
Sin duda una costumbre que a pesar de que no es ilegal, tiene una ética cuanto menos cuestionable y puede dar lugar a sospechas. Y es que estas contrataciones pueden parecer una forma de devolver algún tipo de "favor" realiazado durante la época poítica.
Más información | Link al informe completo
Para los más despistados, se trata expresión que describe de forma coloquial el hecho de que un alto cargo público se marche a trabajar a una empresa privada, obteniendo beneficio de su anterior ocupación pública y produciendo conflictos de interés entre la esfera pública y la privada. En pocas palabras, que un ministro de energía acabe después de su carrera política en el consejo de administración del alguna gran multinacional del sector energético.
Al contrario de lo que muchos podríamos pensar, por desgracia este fenómeno no es algo que sea "marca España", sino que también se da de forma habitual en otros países de la Unión Europea. Al menos así lo recoge un informe del Grupo Verde del parlamento Europeo.
Según el informe, en Europa se han dado 88 casos de altos cargos de 13 países europeos (entre ellos España) que han cruzado estas famosas "puertas giratorias". Entre los más destacados están tres presidentes, el sueco Carl Bildt y los Españoles José María Aznar y Felipe González, que ocuparon sendas sillas en Endesa y Gas Natural, dejando su cargos en 2014 y 2015 respectivamente.
Otros 28 casos de este informe tienen como protagonistas a ministros, donde de nuevo España está de nuevo en cabeza con 7 exministros dando el polémico paso hacia el sector privado. En esta lista también hay 3 exministros británicos, un alemán y un sueco.
A pesar de que la legislación española impide durante 2 años a los exaltos cargos trabajar en empresas del sector privado en las que pudieron tener influencia cuando estaban en la administración, el informe denuncia que, entre 2015 y 2017, se otorgó permiso a 137 políticos para ocupar puestos en compañías privadas relacionadas con sus competencias anteriores en el sector público.
Sin duda una costumbre que a pesar de que no es ilegal, tiene una ética cuanto menos cuestionable y puede dar lugar a sospechas. Y es que estas contrataciones pueden parecer una forma de devolver algún tipo de "favor" realiazado durante la época poítica.
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