El sur de Australia es un espacio azotado habitualmente por grandes tormentas que suele tener como resultado una caída generalizada del suministro eléctrico. Pero este año no ha sucedido, y las empresas eléctricas han mantenido el suministro a pesar de la desconexión con la red general provocada por las últimas tormentas.
Y es que en la memoria de muchos australianos están los eventos producido en 2016, cuando el sistema eléctrico del sur del país se cayó por completo por culpa de una gran tempestad que dejó a 850.000 personas sin energía eléctrica, muchos de los cuales estuvieron casi una semana sin electricidad.
Esto causó una gran conmoción en los usuarios del sur del país, que se lanzaron entonces a la adopción masiva de sistemas fotovoltaicos y la instalación de baterías de respaldo. Algo que también hicieron las grandes empresas eléctricas, que dispararon el número de instalaciones renovables acompañadas por la instalación de los parques de baterías más grandes del mundo.
El resultado es que durante el impacto de la última tormenta que ha pasado por el sur de Australia, la región ha perdido la conexión con el resto de la red durante toda una semana. Pero la diferencia es que las compañías eléctricas han logrado mantener el suministro sin interrupciones.
El Operador del Mercado de Energía de Australia ha presentado un informe preliminar, donde se muestra la importancia del trabajo de los grandes parques de baterías en mantener la frecuencia de la red.
Podemos ver en el gráfico presentado por el operador, donde la frecuencia ha vivido una gran desviación cuando se ha producido el corte de conexión con la red general, saltando a 50,53 Hz en cuestión de segundos, fuera de la curva de contención normal.
El hecho de que la desviación se haya podido parar rápidamente, se debe en gran parte a la rápida respuesta de las grandes baterías. Entre ellas destaca la batería de Hornsdale, formada por baterías de Tesla, que ha apoyado a la red con unos 100 MW de potencia adicional, y donde también se han añadido la batería de Dalrymple North, con sus 30 MW de potencia.
Este evento también ha permitido ver la rápida respuesta de las baterías, y es que durante el evento, la empresa eléctrica ha conectado algunas centrales de gas de respaldo, pero su activación ha sido mucho más lenta. Algo que según el Operador del mercado, habría supuesto que sin la contribución de las baterías, la respuesta de frecuencia hubiera ido mucho más allá y habría más riesgos de colapso en la red.
Según el Operador del Mercado de Energía de Australia, las baterías hicieron lo que se esperaba de ellas.
Algo que ha permitido aumentar todavía más el atractivo de esta solución que actúa como una especie de "amortiguador" para la red, y son tan rápidas y precisas que algunos estados como Nueva Gales del sur ya prepara la que será la más grande de todas. Un gigantesco parque de 700 MW y 1680 MWh que se construirá en el costa central coincidiendo con el cierre de una central de carbón cercana.
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