La Universidad de Zhengzhou ha anunciado un hito en el desarrollo de células solares orgánicas (OSC). Gracias al nuevo polímero PTQ15, su equipo de investigación ha alcanzado una eficiencia del 19,96 %, todo ello con un material seis veces más barato que las opciones comerciales actuales. Un avance que podría revolucionar el mercado solar, especialmente en aplicaciones donde el silicio no es viable.
Una eficiencia récord… y accesible
Hasta ahora, las células solares orgánicas eran más una promesa de laboratorio que una opción competitiva. Pero el nuevo PTQ15 cambia las reglas del juego. Su proceso de fabricación es más simple, con apenas 3 o 4 etapas de síntesis que logran rendimientos superiores al 80 %. Además, su coste de producción —unos 35.528 USD/kg— es drásticamente inferior al de materiales como el PM6 o el D18, que superan los 200.000 USD/kg.
Competencia directa con el silicio
Uno de los datos más impactantes es el precio mínimo sostenible, que se sitúa en apenas 0,36 dólares por vatio. Esto sitúa a estas células orgánicas como una alternativa real al silicio en términos de coste. Y con ventajas añadidas: pueden fabricarse sin atmósferas controladas, manteniendo un 19,37 % de eficiencia incluso cuando se procesan al aire libre con humedad relativa del 25 %.
¿Por qué es tan importante?
El PTQ15 ofrece transferencias de carga ultrarrápidas de 1,40 picosegundos y pérdidas energéticas no radiativas de solo 0,190 eV, lo que garantiza una electrónica interna altamente eficiente. Pero además de la eficiencia pura, este tipo de células permite diseños flexibles, ligeros y semitransparentes, ideales para ventanas, tejados, dispositivos portátiles o integración arquitectónica.
Y hay más: al fabricarse sin materiales tóxicos como el amianto, y al requerir menos energía para su producción, representan una opción mucho más sostenible y segura que las tecnologías tradicionales.
Energía solar para todo el mundo
Este tipo de avances acerca la energía solar a nuevos escenarios. Desde soluciones para zonas sin red eléctrica hasta edificios inteligentes, pasando por movilidad urbana con integración fotovoltaica. Las células solares orgánicas, hasta ahora relegadas a nichos experimentales, podrían convertirse en la pieza clave de una infraestructura energética descentralizada y asequible.
Fuente | Zzu.edu

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