Esta semana se ha producido un nuevo accidente mortal de un Tesla Model S. Algo por desgracia bastante habitual en nuestras carreteras, pero que cada vez que sucede con el nombre de Tesla suele acarrear una repercusión mucho mayor.
En esta ocasión el suceso ha tenido lugar en las carreteras de Holanda, donde un conductor de un Model S se ha salido de la carretera, impactando violentamente contra un árbol. Algo que ha provocado incluso que algunas celdas de la batería se hayan salido del pack, provocando un pequeño incendio.
El principal problema es que las informaciones iniciales indicaban que el conductor podría estar usando el sistema Autopilot durante el incidente. Pero la respuesta de Tesla ha sido rápida, indicando que en estos momentos todavía están trabajando con las autoridades holandesas, pero que pueden adelantar que los registros del coche indican que el Autopilot no estaba conectado en el momento del accidente.
Esta unidad además circulaba con un elevado exceso de velocidad, 155 km/h, otra de las señales de que el sistema no estaba funcionando, ya que este limita la velocidad a la de la vía.
Este accidente también ha puesto a prueba a los bomberos durante su actuación. Según un representante de los mismos, cuando se trata de un coche eléctrico accidentado, pero que permanece sobre las cuatro ruedas, no hay mayor problema para desactivar la batería. Pero cuando sucede como este caso, que el coche ha quedado literalmente desintegrado, la actuación es más compleja e imprevisible y los bomberos han tenido más problemas para realizar la desconexión. Pero como el conductor había fallecido en el acto, han preferido no actuar sobre la batería.
Ahora queda esperar a conocer los resultados de la investigación de la autoridad de tráfico holandés, para saber las causas de este accidente mortal.
Vía | AD (holandés)
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