El principal argumento de los defensores del "Impuesto al Sol" es la subida de los costes del sistema eléctrico para el resto de consumidores. Los consumidores con una instalación de autoconsumo pasarían a producir parte de se energía gracias a la instalación, por lo que dejarían de consumir esa misma parte de la red. Como consecuencia, los peajes que se pagan en el término variable de electricidad consumida desde la red (es decir, en cada kilovatio hora consumido) dejarían de pagarse y por lo tanto, deberían ser asumidos por el resto del sistema. Es lo que llaman insolidaridad.
Eso sí, es necesario puntualizar que el "Impuesto al Sol" no existe para instalaciones de autoconsumo de consumidores con una potencia contratada menor a 10 kW ni tampoco para aquellas instalaciones que estén aisladas de la red. Por lo tanto, esta explicación serviría principalmente para autoconsumidores de carácter industrial.
Para empezar, el problema surge por una tarifa mal diseñada. Una tarifa en la que los consumidores pagamos partes de los costes fijos del sistema a través del término variable.
Sin embargo, el autoconsumo no debería pagar las consecuencias de una tarifa mal diseñada. Es verdad que los costes para el resto de consumidores podría aumentar. ¿Cuánto afectaría? ¿De verdad afectaría tanto al sistema quitar el "Impuesto al Sol"?
En un artículo escrito para CincoDías, el presidente de la UNEF (Unión Española de Energía Fotovoltaica) José Donoso hace unos números acerca de qué impacto tendría el autoconsumo sobre las finanzas del sistema eléctrico.
Cómo afectaría el autoconsumo económicamente al sistema eléctrico
Primero, hay que dividir la factura en dos partes, la fija y la variable. Con la parte fija, se pagan el 70% de los cargos y peajes que se pagan en la factura completa, mientras que el 30% restante se paga en la parte variable.En caso de una instalación de autoconsumo instantáneo, los autoconsumidores solo dejarían de pagar una parte de la parte variable de su factura, la que va ligada al consumo de la red. Esto se puede equiparar a un ciudadano que mejora la eficiencia de la iluminación y los electrodomésticos de su casa, es decir, que reduce su consumo de la red.
Con una instalación de autoconsumo, un consumidor puede llegar a producir hasta el 35% de la electricidad que necesita. El Sol no está a todas horas y hay consumos que no se puede abastecer mediante esta energía. Por ejemplo, la instalación de autoconsumo instantáneo que os explicábamos el otro día permitía a la empresa producir el el 18% de su electricidad mediante energía solar.
Por lo tanto, esto quiere decir que de la parte variable de la factura, pongamos más o menos un 30%, se dejarían de pagar peajes en, vamos a suponer, un 30%. Por lo tanto, el 30% del 30% es un 9%.
Resumiendo, alguien que se pone una instalación de autoconsumo instantáneo contribuye un 9% menos a los costes del sistema eléctrico.
Este 9% supondría que cada 100 MW de autoconsumo instalado se ingresaran entorno unos dos millones de euros menos anuales. Esta cifra, comparada con los ingresos totales del sistema (18.000 millones d eeuros), supone menos de un 0.01%.
Mirando a Portugal, las previsiones de indican que con una normativa como la proposición de ley presentada en el Parlamento, España instalaría unos 200 MW anuales de autoconsumo. Para dejar un margen de error suficiente, vamos a considerar que se instalarían 400 MW.
Instalar 400 MW de autoconsumo apenas reduciría los ingresos del sistema en 8 millones de euros anuales, una cantidad irrelevante en un sistema que ingresa 18.000 millones. Repartida entre todos los consumidores, estaríamos hablando de menos de 10 céntimos al año.
Es necesario contabilizar los beneficios del autoconsumo
Pero la cosa no queda ahí. También hay que tener en cuanta los beneficios que aporta el autoconsumo y que no han sido contabilizados en este cálculo de costes.Por un lado, la recaudación de IVA. Todas las instalaciones estarían sujetas al 21% de IVA. Una cantidad que no es despreciable y que al fin y al cabo va a parar a las arcas del estado.
Por otro lado está la generación de empleo. Si empieza a haber demanda de instalaciones de autoconsumo, las empresas se pueden ver en la necesidad de contratar trabajadores.
También hay que tener en cuenta la mejora en la balanza comercial, ya que cada kilovatio hora generador mediante energía solar es un kilovatio hora no generador mediante combustibles fósiles importados. Ligado con esto, está la rebaja en los precios del mercado mayorista de electricidad, ya que habría una menor demanda que abastecer.
Por último, está la reducción de los gases de efecto invernadero y acercar a España al cumplimiento de los objetivos en energías renovables.
En serio, ¿De verdad afectaría tanto al sistema quitar el "Impuesto al Sol"?
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