Algunas empresas eléctricas de California habían propuesto al gobierno del estado el poner en marcha nuevas centrales de gas. Unas inversiones que le permitirían cobrar por mantener sus centrales incluso cuando no funcionasen. La excusa era que sirviesen de respaldo para cuando fuese necesario. Pero el gobierno se negó a la operación, lo que ha obligado a las empresas a tomar nuevos derroteros con las baterías como alternativa.
Una de estas compañías es Pacific Gas and Electric (PG&E) que han confirmado el inicio de los trámites para levantar en el estado la que será la mayor batería de respaldo del mundo. Una instalación que servirá para cubrir los picos de demanda o las bajadas de producción de fuentes como las renovables, y que abren una nueva era en aplicaciones masivas.
La compañía norteamericana pidió a los reguladores que aprobaran la instalación de cuatro plantas de almacenamiento de energía para proporcionar respaldo a la zona de South Bay / Moss Landing. La solicitud incluye dos de los sistemas de baterías más grandes jamás propuestos: un proyecto de 300 MW y 1.200 MWh en Vistra Energy, y un proyecto de 182.5 MW y 730 MWh que estarán en ambos casos formados por Powerpacks de Tesla.
En un movimiento sin precedentes, la Comisión de Servicios Públicos de California anuló la petición de PG&E de levantar nuevas plantas de gas, y le invitó a buscar alternativas de almacenamiento. Todo gracias a los análisis de los reguladores públicos que han llegado a la conclusión que el uso de baterías dará como resultado un precio más competitivo para los consumidores.
Desde la administración pública se ponen sobre la mesa las limitaciones de las baterías. Y es que mientras que las plantas de gas funcionan mientras el propio gas fluye, las baterías tendrán en su carga su talón de Aquiles. Se indica que seguirán con atención la evolución de la tecnología para ver si son capaces de ser realmente una fuente fiable en casos de gran demanda, abriendo la mano para volver al gas si estas no logran cumplir con los requisitos.
Según los datos publicados, cada estación será capaz de ofrecer hasta 4 horas de suministro en caso de ser necesario. Unas plantas de tamaño considerable, por ejemplo la de Vistra triplicará a la instalación más grande activa en la actualidad en Estados Unidos.
Pero los beneficios son evidentes. Además de la eliminación del impacto directo en cuanto a emisiones del gas, tanto por su quema como por las habituales fugas en los conductos de una California muy caliente en cuanto a actividad sísmica, desde la administración se indica que la vida útil será bastante larga, con una estimación de 20 años por cada grupo de baterías. Y una vez alcanzado, simplemente habrá que sustituir las celdas más degradadas por unas nuevas, sin tener que volver a afrontar la renovación de las instalaciones.
Unas estaciones que comenzarán a operar a lo largo del 2020.
Fuente | PG&E
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