En el primer trimestre, las instalaciones de sistemas almacenamiento de energía han crecido un 161% en comparación con el cuarto trimestre de 2017, llegando hasta los 373 MWh. En esta cifra está incluido el proyecto de 129 MWh del sur de Australia que se instaló el año pasado pero que ha tenido la transferencia comercial final durante el primer trimestre.
"Las eléctricas y los productores de energía de todo el mundo aprecian cada vez más la propuesta de nuestros sistemas de almacenamiento Powerpack basados no solo en los beneficios económicos, sino también en los beneficios de operación con tiempos de respuesta muy rápidos dándole una una mayor fiabilidad a la red eléctrica".
Tesla también dice que ha experimentado un crecimiento significativo en su negocio de baterías para el hogar durante el primer trimestre. Además, su cartera de pedidos ha seguido creciendo. Curiosamente, Mercedes-Benz, que comenzó a ofrecer baterías domésticas en Estados Unidos el año pasado, ha optado recientemente por retirarse del mercado, alegando que sus productos tenían un precio demasiado alto para competir con Tesla.
Por otro lado, quedaría el negocio de la generación eléctrica. Muchos analistas piensan que la adquisición de SolarCity por parte de Tesla no es más que un problema financiero para la compañía. Lo cierto es que Tesla ha cambiado las estrategia de SolarCity para centrarse en la rentabilidad a corto plazo aunque las cifras no terminan de convencer. Tesla instaló 76 megavatios de energía solar en el primer trimestre de este año, la mitad que el mismo trimestre del año pasado. Sin embargo, sigue adelante con el aumento de la producción de su tejado solar en la Gigafábrica 2. De hecho los primeros clientes externos a la compañía ya han recibido su instalación.
No hay que olvidarse de que Tesla no solo fabrica coches, aunque estos sean su punta de lanza. El negocio del almacenamiento y la energía solar serán sin duda un gran negocio para esta compañía.
Fuente | Cleantechnica
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